Se supone que soy un gran poeta
y tengo sueño por la tarde,
sé que la muerte es un toro gigantesco
dispuesto a embestirme
y tengo sueño por la tarde
sé que hay guerras y hombres que pelean en el ring
sé que hay muy buena comida, buenos vinos, buenas mujeres
y tengo sueño por la tarde,
me inclino hacia el sol tras una cortina amarilla
y me pregunto donde habrán ido las moscas de verano
recuerdo la muerte tan sangrienta de Hemingway
y tengo sueño por la tarde.
Algún día no tendré sueño por la tarde
algún día escribiré un poema que encenderá volcanes
en las colinas que están ahí afuera
pero ahora mismo tengo sueño por la tarde
y alguien me pregunta -"Bukowski, ¿qué hora es?"
y yo contesto:- "3 horas, 16 minutos, 30 segundos".
Me siento culpable, me siento asqueroso, inútil,
demente, tengo sueño
por las tardes,
están bombardeando iglesias, bien, eso está bien,
los niños montan pony´s en los parques, eso está bien,
las bibliotecas están llenas de libros sabios,
hay música grandiosa encerrada dentro de la radio
y yo tengo sueño por la tarde,
tengo una tumba dentro de mí diciendo
bah, dejá que lo hagan los demás, dejales que ganen.
Dejáme dormir,
el ingenio está a oscuras
barriendo la oscuridad como una escoba,
me voy a donde se han ido las moscas de verano,
intenten atraparme.
ENFERMO
Estar muy enfermo y muy débil es algo
muy extraño.
Que ir desde tu cuarto al cuarto de baño
y volver te absorba toda la energía parece
una broma pero
no me produce risa.
De nuevo en la cama volvés a pensar en la muerte
y llegas a lo mismo: cuando más te acercás
menos terrible resulta.
Tenés mucho tiempo para examinar las paredes,
y los pájaros,
en un cable telefónico cobran
mucha importancia.
Y la televisión: hombres jugando béisbol
un día tras otro.
Falta de apetito.
La comida sabe a cartón, te pone
enfermo, más que
enfermo.
Mi dulce esposa sigue insistiendo en que
coma.
"El médico, dijo..."
pobrecita mía.
Y los gatos.
Los gatos saltan a la cama y me miran.
Me miran fijamente y después
dan otro salto y se van.
Qué mundo este, pensás: comer, trabajar, coger,
morir.
Afortunadamente tengo una enfermedad contagiosa: no
hay visitas.
Me quedé en 70 Kg.
De 98 que pesaba.
Parezco de un campo de concentración.
Lo
soy.
Sin embargo soy afortunado: me deleito en la soledad, nunca voy a
extrañar la
multitud.
Podría leer grandes obras, pero las grandes obras no
me interesan.
Estoy sentado en la cama esperando que todo esto
se resuelva de una forma
u otra.
Simplemente como todos
los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario